Cantina Gallo De Oro

El Gallo de Oro la cantina más antigua de la CDMX

En el bullicioso corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, existe un tesoro oculto que ha resistido el paso del tiempo: la Cantina “El Gallo de Oro”.

Desde su fundación en 1874, la Cantina el Gallo de Oro ha sido un lugar emblemático donde la historia se entrelaza con la tradición y el sabor.

Cantina Gallo De Oro

Permíteme llevarte en un viaje lleno de historias a través de los recuerdos de esta cantina y descubrir los detalles que la hacen única.

El Gallo de Oro un legado centenario

legado centenario

Imagina caminar por las mismas calles que testificaron los acontecimientos más importantes de la historia mexicana.

En medio de ese telón de fondo histórico, surge El Gallo de Oro, una cantina que ha presenciado el ajetreo de revoluciones, el latido de corazones apasionados y las risas compartidas entre amigos.

Cada paso que das en esta cantina es un viaje en el tiempo, una conexión con aquellos que dejaron su huella en sus paredes.

El sabor de la tradición

Menjul a la Veracruzana

Pero no solo la historia cautiva en El Gallo de Oro, sino también el deleite de los sentidos.

La mixología se convierte en un arte en manos de los expertos bartenders que preparan con esmero cada trago.

Entra en un mundo de sabores exquisitos con el “Menjul a la Veracruzana”, una mezcla única de hierbabuena con azúcar, ron añejo, ginebra, jerez, vodka y hielo frappe.

Además, cada sorbo es una explosión de notas que despiertan tu paladar y te transportan a la esencia misma de la mixología mexicana.

La cocina de El Gallo de Oro es otro tesoro que no puedes pasar por alto

gastronomía CDMX

Los aromas de los platillos tradicionales llenan el aire, despertando tu apetito y transportándote a la esencia de la gastronomía mexicana.

El chamorro, el mole de olla, el cabrito, la arrachera, el chicharrón, la pata de res en salsa verde y la lengua a la Veracruzana son solo algunas de las opciones que te esperan.

Por si fuera poco cada bocado es una explosión de sabores auténticos que te envuelven en un abrazo gastronómico.

Un viaje en el tiempo

Cantina Gallo De Oro

Cierra los ojos por un momento e imagina el bullicio de la cantina hace más de un siglo.

Los gabinetes en forma de herradura, meticulosamente conservados, guardan los secretos de innumerables conversaciones, risas y confesiones.

Además, los poetas y escritores de antaño se reunían en la plazoleta contigua.

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Mientras el dueño de la cantina, con una sonrisa amable, abría las puertas para que encontraran refugio en El Gallo de Oro.

La razón es que en cada rincón se respira nostalgia y evoca los momentos compartidos entre amigos y almas afines.

Actualmente “El Gallo de Oro” es dirigida por Enrique Valle, él es nieto de Don Ramón Valle, dueño original de la cantina.

Debes saber que el llego desde España en el siglo XIX con el sueño de comprar su propio negocio.

Un sueño que hizo realidad gracias al Gallo de Oro, una historia que se sigue escribiendo después de casi 150 años.

Ubicación del Gallo de Oro

La cantina centenaria del Gallo de Oro se encuentra ubicada en la calle Venustiano Carranza #35, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Se encuentra en un lugar privilegiado, a tan solo unos metros del zócalo de la Ciudad de México y muy cerca de la calle con más circulación en el país, la Calle Francisco I. Madero.

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Las historias de El Gallo de Oro

Reloj Otomano

Una de las Leyendas que resguarda este emblemático lugar es la que lo liga al reloj otomano, que se encuentra en la plazuela en la esquina de Bolívar y Venustiano Carranza.

Primeramente el reloj fue un regalo del pueblo turco al gobierno de Porfirio Díaz.

El motivo fue la hospitalidad que tuvo nuestro país con los migrantes Otomanos, que llegaron a nuestra nación a principios del siglo XX.

Cuenta la historia que el Gallo de Oro funciono como bastión para los trabajadores que colocaron el reloj otomano.

Ya que la cantina servía para darles un momento de tranquilidad a todos los que ayudaban a colocarlo.

Al finalizar los trabajos del reloj los trabajadores le dejaron un pequeño recuerdo que los visitantes deben de descubrir en alguno de los rincones del Gallo de Oro.

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