Yucatán Ven Por Todo: 5 Haciendas que mereces visitar

Rodeada por flores tropicales y árboles enormes, la Hacienda Misné se encuentra en el corazón de Mérida. Su arquitectura franco-española recuerda la grandeza y el romanticismo del Yucatán de antaño. Misné, que en sus inicios fue una hacienda maicero-ganadera, fue también hogar del mundialmente reconocido tenor yucateco Nicolás Urcelay, quien tuvo la oportunidad de llevar la música yucateca hasta la mismísima Casa Blanca.

Petac es el paraíso…pero con mejor servicio. Así es como se describe a esta fabulosa hacienda. Imagina la elegancia de una finca del siglo XVII con los servicios de un hotel internacional de gran categoría y eso es este lugar. El día empieza con un ligero golpecito en la puerta de tu habitación: ¡Es el café! Y es solo el comienzo, ya que el resto del día te van a llevar aperitivos y bebidas deliciosos allí donde quiera que estés. La renta semanal incluye el traslado desde el aeropuerto, el uso exclusivo de la hacienda, un tour por la ciudad de Mérida y clases de cocina yucateca.

Se encuentra ubicada a las afueras del municipio de Abalá, La Hacienda Ochil data del siglo XVIII, al igual que otras fincas se dedicó a la explotación del henequén; hoy en día ha sido convertida en un atractivo turístico. No te puedes perder su restaurante de cocina regional, un pequeño Museo de las Haciendas Henequeneras; además de algunos talleres artesanales, donde se pueden observar incluso a algunos artesanos trabajando, la tienda de regalos y sus paseos en truck.

En La Hacienda Sotuta de Peón, se puede observar el proceso del agave para la obtención de la fibra natural que los Mayas llamaban Sosquil “Henequén”. En la Hacienda, vivirás un verdadero viaje en el tiempo, al ser transportado por “mulas” en los famosos “truck”. Conocerás el proceso paso a paso de la transformación del Henequén, también tendrás la oportunidad de observar la forma en que los trabajadores peinan la fibra para convertirla en cuerdas de diferente grosor.

Esta hermosa hacienda henequenera del siglo XVIII es atendida por sus propios dueños. Está ubicada a sólo cinco minutos de Mérida y es ideal para ir a comer o cenar con tu pareja, ya que su restaurante es magnífico. Te recomendamos muy especialmente los ostiones y sus martinis. Si lo que buscas es pasar la noche, el hotel dispone de 18 habitaciones y de un perfecto spa donde se practican antiguas sanaciones mayas.