Museo de Antropología (México): 10 piezas más impactantes

Museo de Antropología, uno de los recintos museográficos más importantes de México y del mundo. 

El Museo de Antropología inaugurado el 17 de septiembre de 1964, atrae cada año a más de 3 millones de visitantes. Y es que probablemente el gran Museo de Nacional de Antropología contiene una de las colecciones de arqueología y etnografía más grandes y espectaculares del mundo.

Antigua sede el Museo de Antropología en Centro Histórico CDMX . 1945

¿Cuáles son las salas del Museo de Antropología e Historia?

Las 22 salas del museo se dividen en dos grandes pisos, 10 salas en la planta baja reúnen antropología y culturas arqueológicas desde el poblamiento de América, hasta el período posclásico mesoamericano. En la planta alta son 12 salas de Etnografía, donde se muestran colecciones de los pueblos indígenas que viven en México en la actualidad como la cultura purépecha.

De tal forma que este recinto cuenta con 22 salas de exposición permanente, dos salas de exposiciones temporales y dos auditorios. El Museo de Antropología lo diseñó el afamado arquitecto mexicano Pedro Ramírez Vázquez

Arq. Pedro Ramírez Vázquez

Primero te digo que La Piedra del Sol es el Corazón del museo es su pieza estelar, sin embargo hay piezas y vestigios casi de todo México, algunas de las obras más destacadas que hay en el Museo de Antropología son:

  • La Cabeza Colosal Olmeca.
  • Restos encontrados en el Cenote Sagrado de Chichen Itzá.
  • Una réplica de la Cámara Funeraria  de PaKal el Grande de Palenque.
  • La  gigantesca estatua del dios de la lluvia Tláloc (que pesa aproximadamente unas 170 toneladas y que algunos expertos dicen que, desde que el monolito de Tláloc se encuentra en su nueva ubicación, llueve muchísimo más en la Ciudad de México).

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10 piezas que ver en el Museo Nacional de Antropología:

1. Lucy: Australopithecus afarensis.

Museo Nacional de Antropología Lucy
foto: viajabonito

Ubicada en la primera sala del museo, Lucy representa una interesante introducción a la actividad de la Antropología.

Así, el esqueleto fosilizado de 3,2 millones de años de antigüedad,  fue descubierto por el estadounidense Donald Johanson el 24 de noviembre de 1974 a 159 km de Adís Abeba, Etiopía, este esqueleto no se encuentra en el Museo Nacional de Antropología pero si un prototipo encarnado.

Se trata de un prototipo de una hembra de alrededor de 1 metro de altura. Pesa aproximadamente 27 kg, ronda los 20 años de edad. Además, al parecer Lucy tuvo hijos con un cráneo minúsculo. Lucy andaba sobre sus miembros posteriores, signo formal de una evolución hacia la hominización.

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2. Coatlicue: ‘la madre de todos los dioses’

Museo Nacional de Antropología Coatlicue
foto: viajabonito

Te cuento que Coatlicue es la madre de todos los dioses del panteón azteca y una forma de la diosa de la tierra y la fecundidad. Madre de Coyolxauhqui y  Huitzilopochtli, el dios del sol y la guerra, conocida también como Tonantzin. Algunos historiadores creen que es la antecedente de Guadalupe.

Se exhumó  el 13 de agosto de 1790, al excavar un drenaje en el Zócalo. Por su parte, se enterró y desenterró varias veces en la Universidad de México por atentar contra el culto religioso y por ser considerada una obra terrorífica. 

Por lo tanto Coatlicue representa tanto el nacimiento como la muerte y quizá por ello le provocó horror a los conquistadores.

En el Museo de Antropología puedes ver la escultura tallada por todos sus lados, de 2.5 metros de altura, 1.67 m. de anchura máxima y 1.3 m. de espesor máximo.

De igual formas su representación consiste en la de una mujer usando falda de serpientes y un collar de corazones que fueron arrancados de las víctimas de los sacrificios. Esta tenía garras afiladas en las manos y los pies como la diosa madre de los mexicas. Su esposo era Mixcoatl, y, según fuentes, siendo virgen alumbró a Huitzilopochtli. Se cree fue tallada en año 1500.

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3. Coraza Tula

Museo Nacional de Antropología Coraza Tula
foto: viajabonito

Sirvió de coraza defensiva e indumentaria ceremonial en la antigua ciudad de Tula.

Se trata de la Coraza de Tula. La espalda y pectoral están formados con conchas rojas y de tonalidades moradas. Mientras tanto, en la parte inferior sobresalen remates nacarados de madre perla, de la especie Pinctada mazatlanica (considerada la más bella y grande) y un holán elaborado con pendientes de caracoles Oliva.

El chaleco se confeccionó entre los años 900 y 1,000 d.C. De acuerdo con el arqueólogo Luis Gamboa Cabezas

La pieza se descubrió cerca de los Atlantes, en 1993: estaba depositada dentro de una caja de adobe pintada de amarillo, en el interior del Palacio Quemado de Tula, uno de los edificios más importantes de esa zona arqueológica”. 

Así, la pieza quedó reconstruida en 1995, luego de un complicado trabajo de restauración realizado en los talleres del Museo del Templo Mayor por un equipo de restauradores, arqueólogos y biólogos.

4. Teocalli de la Guerra sagrada

Museo Nacional de Antropología Teocalli
foto: viajabonito

La representación comúnmente aceptada como la más antigua del emblema fundacional mexica está en este monolito. Hallado donde ahora está el Palacio Nacional.

La imagen labrada en la piedra es hermosa y terrorífica: un águila parada sobre un nopal pletórico de tunas. Si eres mexicano o conoces nuestros símbolos patrios, ¿te recuerda a algo?

Museo Nacional de Antropología México

El nopal crece de las entrañas de un personaje tendido en el agua: Cópil, sobrino del dios del Sol, Huitzilopochtli. 

Cópil traicionó a su tío y a los mexicas, según la leyenda. Por eso yace herido de muerte. Las tunas son corazones humanos, el alimento divino.

Sus simbolismos son una exaltación a la ideología del poder mexica, y al principio religioso de la guerra sagrada.

Museo Nacional de Antropología Teocalli

Incluye la representación del águila sobre un nopal, devorando corazones humanos. Comúnmente se cree que es una serpiente lo que devora, como el Escudo Nacional de México. Si quieres conocerlo, debes saber que se encuentra en la Sala Mexica del Museo de Antropología.

Además, hay que señalar que sus simbolismos aluden a la exaltación bélica y a una necesidad vital de sacrificios humanos y de sangre para los dioses.

5. Atlante de Tula

foto: viajabonito

La teoría más aceptada sobre lo que representan estos colosos es la de un grupo de guerreros toltecas en función de guardia permanente del Templo de Quetzalcóatl.

Los 4,6 metros de altura de cada una de estas esculturas están formados por 4 bloques. Por su parte, Tollan (que quiere decir lugar de muchos barrios), fue durante muchos años el foco principal de la civilización en Mesoamérica, reinando una dinastía de reyes-sacerdotes descendientes del dios Quetzalcóatl.

Para muchos investigadores Tollan fue una ciudad mítica, más propia de la fantasía que de la realidad. No fue hasta finales del siglo XIX que se procedió a su descubrimiento en un lugar llamado en la actualidad Tula, próximo a la Ciudad de México a unos 80 kilómetros y de la antigua Teotihuacán a unos 65 kilómetros.

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6. Vasija del Mono de Obsidiana

Sin lugar a dudas, una de las obras maestras de los mexicas es esta escultura delicadamente tallada y bruñida. Y es que obliga de inmediato a plantear la pregunta de si se trata de un mono que emerge de una vasija o si el mono se está transformando en ella. Dadas las asociaciones conocidas entre los monos y la deidad del viento, esta pieza quizás alguna vez se utilizó en relación con el culto de Ehécatl.

Un dato interesante es que la Vasija del Mono fue ofrecida por un campesino al director del Museo Nacional de Antropología a cambio de una talega de maíz; y por voz de quien lo llevó al museo a principios de la década de 1880, se sabe que fue hallado en Texcoco y que se ignora totalmente en qué sitio y en qué contexto cultural se encontró. Después de ser robada del museo, en 1985 fue recuperada.

7. Tláloc y Chalchiuhtlicue

Tláloc es considerado una de las divinidades más antiguas y veneradas de toda Mesoamérica. Éste es el dios de las aguas que llegan del cielo, asimilándolo como divinidad agrícola. Sin embargo, no lo es de las aguas que ya están en la tierra, como pueden ser los ríos. Para los ríos y lagos está la diosa Chalchiuhtlicue, que significa ‘falda de jade’ y que es la esposa de Tláloc.

A Tláloc se le atribuía una Fuerza Suprema de la naturaleza y el cosmos con fuerzas diferentes enfrentadas, benéficas para los humanos en ocasiones y en otras desastrosas.

Benefactor, que en ocasiones se muestra destructivo, en ocasiones desciende para fecundar las tierras y hacer germinar y crecer las cosechas, o enviar relámpagos rayos y tempestades, creando peligros en los lagos, ríos y mares. y si era su voluntad enviaba granizo, inundaciones o sequías.  

Era por tanto necesario hacerle ofrendas y adorarle para ganarse su favor, en su honor se realizaban ceremonias y rituales. Siendo sus más fervosoros peticionarios los agricultores, pescadores y marineros.

Al entrar al Museo Nacional de Antropología, ¡no pierdas al Monolito de vista!

El Monolito de Tláloc es una escultura de origen nahua, ubicada actualmente a las afueras del Museo Nacional de Antropología de México, sobre Paseo de la Reforma en la Ciudad de México. Tiene una altura de 7 metros y un peso estimado de 168 toneladas. La escultura se construyó entre los siglos IV y VI d. C. y es el monolito más grande de América.

Se encontró en San Miguel Coatlinchan, Estado de México. De ahí se extrajo en 1964 para ser colocado fuera del museo. Dicho evento contó con el apoyo del Ejército Mexicano ante la oposición y sabotaje de los pobladores de Coatlinchan para evitar su extracción y traslado. Si bien es conocido popularmente como Tláloc, algunos investigadores como Alfredo Chavero la identificaron como Chalchiuhtlicue, la deidad femenina del agua.

8. Penacho de Moctezuma

foto: viajabonito

Mejor conocido como Penacho de Moctezuma, el quetzalapanecáyotl es un tocado de plumas de quetzal engarzadas en oro y piedras preciosas a la réplica del original que actualmente se encuentra en el Museo de etnología de Viena, en Austria y cuya lejana estancia ha sido severamente discutida y criticada.

Según la tradición, este Penacho perteneció al huey tlatoani Moctezuma Xocoyotzin (1466-1520), aunque no hay certeza histórica de ello, ni autenticidad de su antigüedad. Incluso, la suposición de que se trata de un atavío para la cabeza, ha sido cuestionada.

A lo largo de varios siglos, la pieza ausente del Museo de Antropología ha cambiado de dueños en varias ocasiones hasta parar en Viena, Austria. Tiene una altura de 116 cm y un diámetro de 175 cm. El centro del penacho está hecho con plumas azules del ave xiuh totol, y tejuelos de oro en forma de medias lunas con piedras preciosas.

Sigue una zona rosa de plumas de tlauquechol y otra zona de plumas marrones de cuclillo, de donde sale una hilera de plumas verdes de quetzal, algunas de hasta 55 cm de largo.

Sigue otra zona también de plumas de quetzal. En total tiene más de 400 plumas de quetzal. A pesar de que en la actualidad está muy deteriorado, su valor estimado por el gobierno austriaco es de 50 millones de dólares.

¿Un único Penacho?

Se cree que esta pieza es solo uno de muchos penachos que el rey mexica poseía. Según esta teoría, Hernán Cortés entabló conversaciones con Moctezuma quién le incita a convertirse a su religión católica monoteísta y a ser vasallo del rey Carlos I.

Esto concientizó a Moctezuma de la guerra que se aproximaba y probablemente para comprar tiempo para organizarse dio a Cortés en conjunto con otras 158 piezas este penacho, en forma de regalo para su rey.

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Así, estas piezas fueron inventariadas y enviadas a Europa, a Alemania, donde en ese momento residía el rey. La pieza fue olvidada y muchos años después fue descubierta, restaurada y utilizada como símbolo del Museo de Etnología de Viena.

Las autoridades austriacas nos han solicitado a cambio dos reliquias: el carruaje de oro puro del emperador Maximiliano I de México, que es la pieza emblemática del Castillo de Chapultepec, y el escudo ceremonial prehispánico azteca “Chimalli”, hecho con piel de jaguar y decorado con plumas de pericos, cardenal rojo, cotinga azul y pato, una de las máximas obras de arte plumario hechas en México.

9. Máscara del Dios Murciélago

La “Máscara del Dios Murciélago”, se elaboró entre los años 200 a. C. y -200 d.C.durante el Período Preclásico mesoamericano, por la cultura zapoteca, civilización precolombina de Mesoamérica que se asentó en los valles centrales y el istmo de Tehuantepec, México, desde 1500 a. C. hasta 1521 d. C., y que dio origen al actual estado de Oaxaca.

Esta pieza se encontró en una ofrenda que acompañaba a cinco esqueletos en el adoratorio. Dicha ofrenda estaba dedicada a los muertos debido a que ellos les rendían tributo, al este del Montículo de la plaza central, en el yacimiento arqueológico de Monte Albán, situado a 10 km de la ciudad de Oaxaca de Juárez.

La máscara representa una cara humana y encima de ella la imagen del Dios-murciélago zapoteco, llamado Piquete Ziña. La máscara está conformada por varias placas superpuestas de jade, finamente pulidas y que, reunidas, conforman la espectacular imagen de este mamífero volador asociado al inframundo y a la muerte

10. La piedra del Sol

Esta pieza, sin duda, preside el Museo de Antropología e Historia. Mide 3,60 metros de diámetro, 122 centímetros de grosor y pesa más de 24 toneladas.

En el centro del monolito se encuentra el rostro del dios solar Tonatiuh dentro del signo “movimiento” (Ollin), con sus dos manos, cada una con una pulsera; un ojo y ceja, porque nada se le puede ocultar. 

Además, en cada mano, sus garras apresan un corazón humano, y su lengua está representada como un cuchillo de pedernal, expresando la necesidad de sacrificios para la continuidad del movimiento solar.

Museo Nacional de Antropología

La Piedra del Sol es uno de los monolitos más antiguos que se conserva de la cultura mexica, cuyo tallado fue fechado alrededor del año 1479.

Además, se derribó o enterró al consumarse la Conquista de México y permaneció así hasta su hallazgo en el Zócalola plaza mayor de Ciudad de México, el 17 de diciembre de 1790. Fue colocada a un costado de la Catedral Metropolitana. 

A finales del siglo XIX se trasladó al Museo Arqueológico de la calle Moneda y en 1964 fue trasladada al Museo Nacional de Antropología, donde preside la Sala Mexica de dicho museo y está inscrita en diversas monedas mexicanas.

Lo que debes saber:

¿Cuánto cuesta la entrada al Museo de Antropología?

La entrada general es de $80 MXN y los domingos es gratuita para público nacional y extranjeros residentes (estos últimos deben portar su documento FM vigente).

Museo Nacional de Antropología cómo llegar

Puedes llegar caminando desde el metro Auditorio o Chapultepec. El Museo se encuentra en Av. Paseo de la Reforma y Calzada Gandhi s/n Col. Chapultepec Polanco.

Para más información visita la página del Museo mna.inah.gob.mx

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